Fentanilo y heroína

Publicado el 4 de enero de 2024, 9:20

Introducción

En España no disponemos de ninguna evidencia robusta que nos permita afirmar que los consumos de fentanilo, elaborado clandestinamente, sean una realidad. El Sistema Español de Alerta Temprana (SEAT) de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas no ha emitido, hasta el momento, ningún comunicado que certifique la compraventa de fentanilo producido ilícitamente. En su informe de 2022, las referencias al fentanilo son mínimas, sin reseña alguna a su contrabando (OEDA, 2023a: 13). Otro asunto es el aumento, a costa de la morfina y otros opiáceos, del uso clínico de este potente opioide (OEDA, 2023b: 77). También es harina de otro costal, los usos indebidos de fármacos opioides, entre ellos el fentanilo. La reventa de fármacos opioides explican los cuarenta gramos decomisados en 2022 (Ministerio del Interior, 2023:

Desarrollo

Les voy a dar un dato inédito para reafirmar la tesis que en las calles españolas aún no hay fentanilo clandestino. En Episteme Social, desde enero de 2022, trabajamos en una línea de estudio, gracias a la subvención concedida por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 con cargo a la asignación tributaria del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, que investiga a las poblaciones ocultas drogodependientes (Episteme Social, 2023). Hasta el momento hemos entrevistado 431 personas. Solo doce personas, es decir, el 2,78% han consumido fentanilo alguna vez en la vida. Casi todas lo han tomado bajo prescripción médica. Solo dos personas, es decir, el 0,46%, lo había consumido debido a un desvío de fentanilo farmacéutico. Ninguna de las personas entrevistadas afirma haber comprado fentanilo elaborado clandestinamente. Cero. Y, esto que estamos hablando de las personas consumidoras más deterioradas, agraviadas y marginalizadas, que en el caso de llegar el fentanilo clandestino serían las primeras receptoras.

¿Es posible que los mercados de heroína queden desatendidos? , es posible. Según la UNODC, Afganistán produjo en 2022 el 79,48% del opio mundial. Por tanto, la suerte del opio afgano es el albur de los mercados europeos de heroína. El 3 de abril de 2022 el régimen talibán prohibió el cultivo de adormidera. Los expertos en políticas de drogas recibieron esta noticia con cierta inquietud. El cultivo de opio ha representado, en los últimos veinte años, entre el cinco y el siete por cien del PIB afgano. Eliminar la producción de opio es condenar a la extrema pobreza, más si cabe, a gran parte de la población afgana. Las consecuencias socioeconómicas ponían en entredicho la efectividad de la prohibición. Pero en el caso de convertirse en real, los mercados europeos de heroína podrían quedarse desabastecidos.

Después de la cosecha del opio de 2023, algunas voces apuntaron que la producción había descendido un noventa por cien (Nemat, 2023). Preocupante, pero aún era una suposición. La confirmación, que da robustez a la hipótesis de la sustitución, la recibimos el pasado 5 de noviembre. La UNODC presentó el informe «Afghanistan opium survey 2023» en que afirma que el descenso de la producción de opio en 2023 ha sido del 95%. En 2022 se cultivaron 233.000 hectáreas de adormidera que produjeron 6.200 toneladas de opio. En 2023 la estimación es de 10.800 hectáreas y una producción de 333 toneladas. Alguien podría pensar que no son más que estimaciones. Para los descreídos les recomiendo una revisión de la metodología que emplea la UNODC para hacer tales estimaciones. La compleja metodología parte de imágenes de los cultivos tomadas vía satélite. Tal vez podría mejorarse la fiabilidad, pero en todo caso la validez de los datos es indiscutible.

Aun así, la cosecha de 2023 producirá entre 24.000 y 38.000 quilos de heroína con una pureza de entre el cincuenta y el setenta por cien (UNODC, 2023: 19). Es decir, en las calles se multiplicará, tranquilamente por diez, la cantidad de «heroína» disponible. ¿Esta cantidad será suficiente para abastecer Europa? Disponemos de un antecedente histórico para dar respuesta a esta pregunta. En julio de 2000 el régimen talibán prohibió el cultivo de adormidera. La primavera de 2001 la producción de opio descendió un 90% (UNODC, 2023: 25). Debido a los stocks existentes, y sobre todo a que los talibanes fueron derrocados a finales de 2001, los mercados europeos continuaron abastecidos. Con los talibanes fuera del poder, la cosecha de 2002 volvió a los niveles anteriores a 2001. El descenso de la producción de opio durante una cosecha fue insuficiente para romper la cadena de suministro de heroína a Europa. Hoy en día, los mercados europeos aún reciben heroína afgana. Veremos cuanto tiempo resisten las reservas. Es probable que puedan abastecer, como en 2001, los mercados europeos hasta la próxima cosecha.

Reflexión

¿Pero qué pasará si la producción de 2024 es igual o menor que la de 2023? Pues que los precios continuarán aumentando, la calidad descenderá y las adulteraciones serán más peligrosas, por ejemplo, con nitazenos como ha sido el caso de Irlanda en las últimas semanas. Y, es probable que en algún momento de 2024 la heroína afgana desaparezca de Europa. Entonces, como en otras ocasiones, el crimen organizado llenará su ausencia con sustancias análogas. Llegado a este punto la hipótesis de la sustitución de la heroína por fentanilo podría dejar de ser hipótesis para convertirse en una realidad. El fentanilo es un firme candidato para sustituir a la heroína por tres motivos. El primero: se elabora sin menester de opio como materia prima. El segundo: al ser de la familia de los opioides produce unos efectos que podrían satisfacer, ni que sea a modo de sucedáneo, a personas necesitadas de heroína. El tercero: para las mafias es mucho más rentable traficar con una sustancia que es cincuenta veces más potente que la heroína, por tanto, cincuenta veces menos de peso y volumen que transportar, esconder y distribuir. Esto no es ápice que también puedan aparecer otros opioides sintéticos o sustancias de otras familias para ocupar el hueco de la heroína afgana.

Quién sabe si cuando las mafias turcas y sus aliadas se queden sin existencias de heroína, los cárteles mexicanos introducirán fentanilo a Europa tal como lo hacen a Estados Unidos. O quien sabe si las propias bandas turcas, antes que desatender los mercados empiezan a traficar con fentanilo u otros narcóticos. O quien sabe, si Birmania, histórico productor de la valorizada heroína blanca continúa aumentando su producción y vuelve a exportar como antaño. O quien sabe, si los agricultores afganos que en 2023 han acatado la prohibición, a la vista del augmento exponencial del precio, este otoño vuelven a plantar adormidera. En agosto de 2019 un agricultor vendía el quilo de opio por cuarenta y ocho dólares. En agosto de 2023 el precio alcanzó el máximo histórico de 408 dólares (ONODC, 2023: 34). Quien sabe.

Conclusión

En definitiva, alguien podría pensar que es una buena noticia el descenso de la producción de opio en Afganistán. Pero nada más lejos de la realidad. La desaparición de la heroína afgana nos abre las puertas a unos escenarios desconocidos en qué el fentanilo podría marcar una época. Veremos hasta cuando duran los stocks de heroína y cuál es la producción de 2024. Es una ironía del prohibicionismo que una parte de la salud pública europea dependa de que unos agricultores afganos desafíen la prohibición del régimen totalitario de los talibanes.

Fte y opinión personal de David Pere



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