Sustancias emergentes

Sustancias emergentes

Sustancias emergentes: El reto invisible para la salud pública

Introducción

En los últimos años, asistimos a una revolución silenciosa en el mundo de las adicciones: el surgimiento de nuevas sustancias psicoactivas (NPS) y drogas de diseño. Fabricadas en laboratorios clandestinos o presentación de engañosamente como “suplementos”, buscan emular —o incluso superar— a los narcóticos tradicionales. Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIDA), estos compuestos entran constantemente al mercado y pueden causar efectos impredecibles y altamente peligrosos. Solo en Europa, para finales de 2023, las autoridades identificaron cerca de 950 NPS diferentes, 26 de ellas detectadas por primera vez ese mismo año. Esta avalancha incluye cannabinoides sintéticos, catinonas (“sales de baño”), nuevos opioides, alucinógenos y estimulantes, desafiando todos los controles previos.

¿Por qué proliferan estas drogas?

El fenómeno es global y digital. La demanda de experiencias nuevas y la facilidad de acceso a información y productos a través de internet han acelerado la aparición de sustancias totalmente inéditas. Un caso particular son los nitazenos, una familia de opioides sintéticos que ha protagonizado brotes de sobredosis mortales en Europa: seis de los siete nuevos opioides sintéticos identificados en 2023 pertenecían a este grupo y circulaban en tabletas falsificadas de heroína.

La adulteración invisible es otra amenaza: la MDMA que se vende en festivales puede contener catinonas sintéticas sumamente potentes, y el cannabis barato suele ser “enriquecido” con cannabinoides artificiales. Así, las personas creen estar consumiendo una droga conocida, pero en realidad se exponen a mezclas desconocidas y peligrosas. El resultado es un policonsumo inadvertido, lo que complica la tarea de vigilancia y respuesta.

El reto sociológico y sanitario

El acceso global, la velocidad de los mercados clandestinos y la baja percepción de riesgo dificultan la detección temprana y la intervención efectiva. Las redes sociales, además, pueden amplificar la desinformación y el atractivo de experimentar con nuevas drogas.

Ante este escenario, organismos internacionales insisten en la necesidad de sistemas de alerta temprana y cooperación entre países para monitorear rápidamente nuevas tendencias de consumo.

¿Cómo podemos responder?

El desafío exige creatividad y acción coordinada. Algunas estrategias claves para proteger a la sociedad:

  • Vigilancia epidemiológica conectada a nivel mundial y entre laboratorios .

  • Programas de educación específicos para jóvenes , incluyendo información sobre la moda del "pharming" (uso recreativo de medicamentos recetados).

  • Protocolos clínicos flexibles para atender emergencias asociadas a drogas desconocidas.

  • Alfabetización química y social en escuelas y medios de comunicación.

  • Community sensing (escucha activa comunitaria) : Proyectos de prevención y detección rápida, apoyados en la colaboración vecinal e institucional.

  • Investigación multidisciplinaria : Analizar los patrones sociales detrás del consumo y cómo la desinformación en redes sociales potencia la experimentación y el riesgo.

¿Estamos preparados para afrontar el cambio en el paradigma de las drogas? Solo con información, cooperación internacional y educación podremos anticipar los riesgos y actuar antes de que la próxima oleada nos tome por sorpresa.

¿Estamos preparados para afrontar el cambio en el paradigma de las drogas? Solo con información, cooperación internacional y educación podremos anticipar los riesgos y actuar antes de que la próxima oleada nos tome por sorpresa.